Nociones básicas
La técnica del punto de cruz es muy sencilla y fácil de aprender. Hay varios modos de proceder y con algunos se consigue un revés más perfecto que con otros. Después de probar varias técnicas, me quedo con éstas que os voy a mostrar aquí.
Técnica básica
La técnica habitual es simplemente hacer una vuelta de ida haciendo la primera mitad de la cruz y una vuelta de regreso cerrando las cruces con la otra mitad. Yo siempre hago la primera mitad de la cruz hacia la derecha y la vuelta de regreso hacia la izquierda. Sin embargo, muchas lo hacen al revés. Ambos modos son correctos y lo único que varía es la dirección de la puntada superior de la cruz.
Importante: Las puntadas superiores de la cruz deben quedar todas en la misma dirección.
También se pueden ir haciendo cruces enteras una detrás de otra, aunque de ese modo se gasta más hilo y el revés no queda igual de despejado. En la siguiente foto se ve muy bien la diferencia del revés. Las puntadas en azul es el revés resultante de bordar en ida y vuelta. Las puntadas en rojo están hechas bordando cruz por cruz.
Cómo comenzar
Las labores en punto de cruz no deben llevar nunca nudos ya que estos abultan la labor y quedaría antiestético en un cuadro enmarcado. Yo utilizo dos maneras para empezar:
-
Método de la lazada
Para bordar en punto de cruz, normalmente se toman dos hebras de la madeja. Siempre que tengo que tomar una nueva hebra de la madeja, en lugar de dos hebras corto sólo una el doble de largo y la doblo por la mitad, enhebrando los dos extremos juntos.Tomamos la tela y localizamos el punto donde necesitamos comenzar la labor. Ahora pinchamos desde la parte del revés hacia arriba, sacando la aguja por el derecho de la tela. Como no lleva nudo, no hay que tirar del hilo hasta el final ya que nos quedaríamos con él en el aire. Dejamos 1 ó 2 cm del extremo cerrado (la lazada) colgando por la parte del revés. A continuación hacemos la primera puntada en diagonal como normalmente, pero sin tirar del hilo hasta el final.
Damos la vuelta a la tela y pasamos la aguja por la lazada que nos quedó antes por el revés de la labor. Ahora sí tensamos el hilo hasta el final y ya tenemos el hilo fijo para poder continuar bordando como normalmente.
-
Método habitual
No siempre podemos comenzar con una hebra lo suficientemente larga como para doblarla y comenzar con el método de la lazada. Es el caso de muchas de esas hebras que hemos cortado al ir bordando y que hemos conservado porque aún tienen una largura considerable como para desecharlas. (Al fin y al cabo, los hilos son caros y hay que aprovecharlos.)Bien, con esas hebras más cortas se toman dos juntas y comenzamos igual que antes, esta vez dejando unos 3 cm de la hebra por el revés. Ésta se rematará después cuando ya tengamos hechas unas cuantas cruces enteras del modo que os explico más abajo.
Si ya tenemos algunas cruces hechas, también podemos rematar directamente la hebra nueva en esas cruces anteriores y continuar después bordando sin dejar hebra suelta por el revés.
Rematar
Como ya os decía en la introducción, nuestras labores en punto de cruz nunca deben llevar nudos en el revés. Para rematar las hebras al final, pasamos la aguja en horizontal por 4 ó 5 puntadas del revés. No importa que estas puntadas sean de otro color del hilo que queremos rematar. Eso no se verá por el derecho de la labor.
Del mismo modo se rematan esas hebras que hemos dejado al inicio si no hemos comenzado con el método de la lazada. La diferencia es que de este modo, tenemos el doble de remates que si comenzamos con el método de la lazada.
Otra técnica es rematar en vertical a lo largo de las puntadas del revés quedando una especie de cordoncillo (he usado hilo rojo para que se viera mejor ese efecto del cordoncillo). De este modo, el remate queda mucho más disimulado.